La autora de este texto es Elena Herrera Quintana que realiza su tesis doctoral sobre la recepción de Beyoncé en la intersección raza, género y clase.
Este post continúa lo expuesto en la entrada del 4 de febrero sobre Beyoncé y la ignoracia blanca. El pasado viernes 19 de abril, Netflix estrenó el documental escrito, dirigido y producido por Beyoncé, “Homecoming”, en el que visionamos de cerca su famosa actuación como cabeza de cartel en el festival Coachella de 2018. Ella es la primera mujer afroamericana en ostentar este puesto, desde la fundación del festival en 1999, no es de extrañar, por tanto, que Beyoncé decida producir un documental de esta y no de otra actuación.
Para entender al completo la propuesta de Beyoncé, tanto en este documental como en otras de sus actuaciones, tenemos que hacer una serie de traducciones culturales y políticas de muchos de los elementos y símbolos de los que hace uso, que, desde un paradigma euroblanco y racista, no alcanzamos a entender e interpretar en toda su complejidad.

El hilo conductor del documental es la celebración y la reivindicación de las llamadas HBCUs, literalmente “Historically black colleges and universities” [Colegios y universidades históricamente negras].
Este acrónimo hace referencia a aquellas instituciones de educación superior fundadas especialmente para la incorporación de la población afroamericana que, debido a las leyes segregacionistas formales e informales -que vinieron funcionando hasta su disolución formal en los años sesenta-, se veía privada del acceso a las instituciones educativas blancas, y por tanto, privada de una educación superior que además asegurase la formación de una élite política e intelectual afroamericana. En un sistema basado en la supremacía blanca, durante muchas décadas las HBCUs fueron la única opción para todas aquellas personas afroamericanas que aspirasen a obtener unos estudios superiores, que les asegurasen un mejor posicionamiento en el mercado laboral o el acceso a puestos desde los cuales potenciar cambios sociales profundos.
Por ejemplo, en la Shaw University de Carolina del Norte fue donde se fundó en 1960 el “Comité Coordinador de Estudiantes No Violentos” [Student Nonviolent Coordinating Committee, SNCC] una de las organizaciones más activas dentro del movimiento por los derechos civiles y del black power.

Siguiendo el mismo hilo, el título del documental, “Homecoming”, hace referencia a la tradición norteamericana de muchas escuelas y universidades de dar la bienvenida al alumnado al inicio del nuevo año académico, mediante fiestas, juegos deportivos o bailes.
Para que la audiencia no nos despistemos y entendamos en su profundidad porqué Beyoncé decide hacer este homenaje universitario a las HBCUs, también estético – con las referencias a las fraternidades y sororidades negras en la vestimenta, además de a la reina Nefertiti y al antiguo Egipto-, al final del documental añade:
“Muchas personas con conciencia cultural e intelectuales se han graduado en universidades


Al igual que en otras actuaciones desde 2014, en esta ocasión también podemos oír las palabras de Chimamanda Ngozi Adichie –“Feminist: a person who believes in the social, political and economic equality of the sexes-. Así mismo, las palabras de Malcom X –“The most disrepected person in America is the black woman”-.
Pero en esta ocasión, las imágenes de las dos actuaciones de Beyoncé -el festival se organizó durante dos viernes consecutivos en los que se repetían actuaciones- conforman el groso del documental, interrumpidas por imágenes de los ensayos, declaraciones de la propia cantante y citas de activistas, pensadores y pensadoras del feminismo negro y del movimiento por los derechos civiles, muchas de ellas graduadas en HBCUs, lo que consigue conectar su show, una vez más, con un legado cultural afroamericano mucho más amplio.
El documental se abre con una cita de la escritora y pensadora afroamericana Toni Morrison: “Si te dejas llevar por el viento, volarás alto”.
Prosigue con Alice Walker, aclamada feminista negra que formó parte de la Organización Nacional Feminista Negra [National Black Feminist Organization (NBFO)] fundada en 1973.
La cita: “Nuestras madres y abuelas… al son de una música aún no escrita”, de nuevo nos habla de la cuestión intergeneracional tan presente en el trabajo de Beyoncé y en el pensamiento afroamericano, así como del legado de abuelas, madres e hijas que forma parte intrínseca del pensamiento feminista negro estadounidense.

Chicago Humanities Festival (2018)
En este sentido la feminista afroamericana Patricia Hill Collins apunta:
“Saber que las mentes y los talentos de nuestras abuelas, madres y hermanas han sido reprimidas, estimula muchas contribuciones al creciente campo de los estudios sobre mujeres negras” (en “Black Feminist Thought”, 2000).
Del sociólogo e historiador afroamericano, W.E.B. Du Bois, figura clave del pensamiento afroamericano de principios del siglo XX, toma la cita: “La educación no debe simplemente enseñar trabajo, debe enseñar la vida”, subrayando la importancia de la educación también como experiencia vital.
Du Bois fue uno de los fundadores de la “Asociación Nacional por el Progreso de la Personas de Color” [National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), todavía hoy en activo.
Otras de las citas, tomada de la activista Marian Wright Edelman: “No puedes ser aquello que no puedes ver”, subraya la importancia de la representación y la diversidad de referentes, un tema clave en el pensamiento afro, también en España tal y como señala la comunicadora afrofeminista Desireè Bela-Lobedde aquí y aquí
A lo largo de todo el show podemos oír extractos de entrevistas a la escritora Maya Angelou –de la que Netflix también sacó un documental “And Still I Rise”-, apuntando también en esta línea de la representación:
“Lo que realmente quiero hacer es ser un representante de mi raza… Tengo la oportunidad de demostrar lo amables que podemos ser”
Y por supuesto, no pueden faltar referencias a la artista Nina Simone, también en audios durante el show, muchos de ellos sacados de esta entrevista, y que están al inicio del documental, casi como una declaración de intenciones:

“Creo que lo que me estas preguntando es porque insisto tanto en ensalzar todo lo que significa ser negro, ese poder negro… Por qué trato de que se identifiquen con la cultura negra. […] Primero, porque no tengo otra opción. A mi parecer, somos las criaturas más hermosas del mundo: la gente negra. Mi trabajo consiste, en cierto modo, en despertarles la curiosidad o incluso convencerlos, de una forma u otra, para que sean conscientes de quiénes son, de dónde vienen, de cuáles son sus intereses y su esencia, para sacarlo a relucir. Eso es lo que me empuja a empujarlos. Y pienso utilizar todos los medios que sean necesarios”
El trabajo de Beyoncé se viene rastreando desde hace años a la luz del pensamiento feminista negro norteamericano, para muestra, un dedal. Es evidente que su trabajo está conectado con una línea de creación y posicionamiento de referentes afro, y en los últimos años aprovecha su trabajo y su altavoz, para traer consigo un trasfondo cultural denostado e invisibilizado.
Su elenco durante el Coachella está casi íntegramente formado por una banda en directo de más de 200 personas negras, con especial preponderancia de músicas negras –algo común en su trabajo, recordemos a la guitarrista Bibi McGill– tanto en el baile como en la música. En su búsqueda de la representación de distintos cuerpos podemos ver bailarinas gordas (foto de la izquierda) en primer plano ejecutando los bailes y las coreografías al unísono con Beyoncé. En la foto de la derecha, momento sólo de guitarra de la guitarrista Ari O’Neal:


Así mismo, especial atención merece su interpretación del Lift Every Voice and Sing, a menudo conocido como el Himno Nacional Negro con más de un siglo de historia, escrito en el año 1900, y que forma parte del legado y la historia de la comunidad afroamericana.
Lógicamente todo esto no se consigue sin un alto control sobre el proceso creativo a todos los niveles, el trabajo grupal que este espectáculo requiere –así como la carrera de Beyoncé- es la antítesis de la idea del genio creativo solitario, si es que alguna vez existió. No nos engañemos, la música es fruto de la colectividad, y no únicamente del compositor –masculino- encerrado en sí mismo. En el documental Beyoncé afirma:
“Respeto las cosas que llevan trabajo. Respeto las cosas que se construyen desde los cimientos. Soy muy específica en cada detalle. Seleccioné personalmente a cada bailarín, cada luz, cada material de las escaleras, la altura de la pirámide, la forma de la pirámide. Cada tela se cosió a mano. Cada mínimo detalle tenía un propósito. […] ¿Cómo nos mostramos unidos, pero a la vez hacemos que destaquen todos esos distintos personajes? Teníamos tres estudios de sonido, uno para la banda, otro para el baile y otro para el personal creativo, y yo iba de uno a otro sin parar. Se necesita un gran equipo, se necesita mucha gente y creo que todos nos esforzamos hasta nuestros límites”.
Y este énfasis en lo colectivo también es una de las dimensiones de “Homecoming”, quizás en alusión a las críticas que sitúan a Beyoncé como el epitome del individualismo y el neoliberalismo, no es casualidad la cita que toma de la feminista y poeta negra Audre Lorde:
“Sin comunidad, no hay liberación”.
Lorde también es conocida por otra cita: “Las herramientas del amo nunca desmantelarán la casa del amo” y que tantas veces ha sido utilizada, por entre otras la feminista negra bell hooks, para criticar la propuesta de Beyoncé, aludiendo a que los medios y los canales del sistema capitalista y supremacista blanco no van a propiciar su propia destrucción. Sin embargo, no sé si este es el trabajo de una sola cantante pop.
Y quizás, en lo que Beyoncé esta es en la transformación de las narrativas hegemónicas y el posicionamiento mediático de los otros referentes dentro de la cultura de la música pop mainstream, así que, desde este punto de vista, no creo que lo venga haciendo tan estrepitosamente mal.
