Open Access and Open Legs

El artículo de Elias Notario «Lo que internet le debe al porno» termina con esta frase sobre esta multiforme industria: «Son un sector que impulsa tecnologías al adoptarlas antes que nadie, mejorarlas y popularizarlas, y que a diferencia de otras industrias, como la del cine a la que no le gusta nada lo de correr riesgos o perder el control sobre los sistemas de producción y distribución, la del porno no se echa para atrás ante nada -leyes restrictivas, presiones sociales, cambios de paradigma, etc- y no tiene problema en jugársela e innovar donde toque en cada momento».  Esto me ha hecho pensar en las múltiples conexiones entre porno y conocimiento abierto,  (y no solo como esta iniciativa del  foro putalocura en el 2006 que no sabemos en que quedó) y en las muchas potencialidades que tiene pensar desde el porno (o con el porno) las lógicas colaborativas e innovadoras ligadas a los desarrollos digitales y a los dispositivos abiertos e inacabados. Como parece que no soy la única en encontrar conexiones lanzo la pregunta para buscar más.

Foto porno tecnologíaPrimero por lo que cuenta Notario, los productores y comercializadores de porno no han reaccionado como sus colegas de las otras industrias culturales haciéndole la guerra a las audiencias díscolas que aprovechan las posibilidades de lo digital y del P2P. Al contrario, han sido flexibles y creativos para ver por donde iban las cosas y sacarle partido. Esto no se produce sólo en las maneras de gestionar formatos y modelos de negocio, también en los mismos contenidos, siguiendo la pista a gustos y prácticas, articulando convenciones e innovaciones, no siempre intencionales, y en ocasiones resultado de la improvisación, la rapidez y el pragmatismo; observando, acogiendo y comercializando  las formas y estéticas del porno amateur y de la creciente autopornificación facilitada por confluencia entre la fotografía digital, la facilidad para compartir imágenes digitales, las ganas de ponerse y que te pongan, y otros deseos que se generan en torno a compartir imágenes íntimas.

Los productores y distribuidores de porno aprovechan al máximo también las posibilidades de feedback y conocimiento que ofrece la Red. Esto lo encontramos desde la producción de pelis comerciales que imitan la estética, los tipos, las situaciones, el ambiente y los errores del porno amateur (quién a su vez reinterpreta y se inspira en el porno profesional en un bucle extenuante que forma en si mismo un dispositivo de placer inacabado) hasta la distribución comercial de porno casero o el desarrollo de otras formas de negocio ligadas a chats y webcams; esto es, otras formas de crowdsourcing y playbour, con los pros y contras que ya conocemos.

Para entender esto tampoco hay que olvidar la heterogeneidad  de los modos de hacer y negociar bajo esa etiqueta de industria del porno, desde sus orígenes hasta hoy hay mucho de DIY, de tira p’alante y ya veremos, de aprovechar los recursos que se tienen (recuerdo como el compañero de piso de mi hermana, productor de porno gay, aprovechaba cada viaje de vacaciones en las casas que le dejaban los amigos para rodar escenas y cambiar así de escenario), de pasarse la legalidad también por la entrepierna. Aspectos estos que encontramos en las iniciativas y colectivos ligados al open access. Por supuesto que en esa multiforme industria pornográfica también se dan otras formas de creatividad y flexibilidad no tan atractivas, como las vinculadas a la explotación laboral, algo que tienen en común con tantas otras empresas hoy en día.

Point G. Mouse (Andy Kurovets)

Volviendo a las conexiones, además de recordar, como en la magnífica crónica de David Foster Wallace «Gran hilo rojo» en su libro Hablemos de Langostas, que porno y tecnología coinciden en las Vegas al celebrarse los Premios Anuales de la Adult Video News y  la CES (Consumer Electronic Show) en las mismas fechas cada año, abrimos el hilo para pensar en todas estas aberturas y conocimientos. Por ejemplo, en cómo los distintos pornos al dar cabida a más filias y formas que los géneros audiovisuales para todos los públicos, generan múltiples formas de ordenación, categorización y archivaje, necesarias para orientarse, perderse y encontrarse entre carnes y flujos. Los cuestionamientos, necesidades y soluciones para orientarse y categorizar y las prácticas de gestión de esos archivos, tanto en las webs profesionales como en los medio escondidos archivos personales que la autopornificación va generando en móviles y ordenadores personales, resuenan con cuestiones similares que se generan y exploran en los entornos de conocimiento abierto.

Y os dejo otra conexión antes de leer vuestras sugerencias:  lo obvio, que ambos ámbitos, además de apelar a lo común y ordinario (unos más en lo vulgar y otros en el más políticamente correcto procomún) se mueven por pasiones y deseos que se nutren y se encienden con los encuentros con los desconocidos y extrañas, y ya sería deseable que las desconocidas experimentando e intercambiando en red estuvieran tan presentes, y fueran tan bien acogidas, cuando se trata de abrir conocimiento que cuando se trata de abrir las piernas.

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3 respuestas a Open Access and Open Legs

  1. elena casado dijo:

    Muy interesantes las conexiones. Habrá que seguirlas! Se me ocurre otra en relación con el par experto versus profano. En el mundo del software libre y más aún en el del porno se asume que el saber está distribuido y que para tener sentido el otro tiene que participar de un mondo u otro. Vamos nada que ver con la imagen del receptor-consumidor-usuario pasivo.

  2. rubén blanco dijo:

    como no sé cuándo demonios cumpliré conmigo mismo y con lo que tengo cerca de aquí a medio terminar, ahí va un «dispositivo» para que juguéis con él 😉

    Give the People What They Want vía air-l. ah! lo del nombre del enlace obviamente es un «homenaje» musical 🙂

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