No soy tu mamá: lo que decimos y lo que callamos al nombrar la maternidad

Sociología Ordinaria Siete:
Apropiaciones, expropiaciones, reapropiaciones y… vuelta a empezar
Sesión «Mamma mía»

22/05/2019, 12:30-13:15

 


Vega Pérez-Chirinos Churruca es Licenciada en Publicidad (UOC, 2009), Graduada en Psicología (UNED, 2018), Máster en Análisis Sociocultural (UCM, 2010) y Doctoranda en Sociología (UNED). De su experiencia como madre reciente y su obsesión por el análisis sociológico del discurso surge esta propuesta.

RESUMEN: Esta comunicación repasa diferentes formas de interpelar a las madres y su relación con la posición que la crianza tiene en la sociedad. Al convertirnos en madres, las mujeres experimentamos un importantísimo cambio existencial. Para muchas, esta transformación, identitaria, neurobiológica, afectiva y de los modos de socialización implica un antes y un después y es difícil retornar a la vida previa al maternaje. Esto implica nuevas decisiones profesionales, un reencuentro con su propio yo, la alteración de las relaciones con la familia de origen, con la pareja en caso de haberla, y de otros vínculos afectivos que hasta ese momento pudieran ser estables y sostenidos en el tiempo. Puede que les resulte incluso extraño no nombrarse a sí mismas como madres; la idea generalizada y mitificada de la maternidad que se tiene en la sociedad contribuye a esta progresiva disolución de la mujer en la diada madre-hijo, que tiene un cierto sustrato biológico pero también y sobre todo un difícil encaje en el entorno de nuestras sociedades actuales. Sin embargo, entre ese autonombrarse madre y la forma en que se interpela a las mujeres con hijos desde diferentes ámbitos sociales hay enormes diferencias, y en esa tensión se sustentan muchas veces violencias y desigualdades. El personal médico se refiere a “las mamás” cuando hablan de preparación para el parto o de cómo superar ese difícil proceso físico y psicológico que es el posparto. En el entorno laboral existen neologismos como mompreneur, que designan a aquellas mujeres que emprenden después de la maternidad. Desde el marketing, se ofrecen todo tipo de “productos para mamás”: suplementos vitamínicos, programas de ejercicios en casa con el bebé a cuestas, cosméticos para recuperar el aspecto de cuando no eran madres o regalos con una enorme marca de género: joyas, flores, accesorios de cocina, o retiros en spas como promesas de un más que anhelado tiempo a solas. En los últimos años, se ha hecho fuerte en Internet la comunidad de las llamadas “malasmadres”. Las malasmadres reivindican su incapacidad de hacer croquetas como consecuencia de una apuesta por su carrera profesional que no hicieron sus madres. Pero, ¿qué implica esta apropiación del temido juicio de valor? ¿A qué otros modelos de maternidad se enfrentan? ¿Quiénes son las buenasmadres y por qué no ser una de ellas?

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