28/05/2022, 13.30-14.00
RESUMEN: La propuesta que presento es aún informe. Se trata de buscar la forma adecuada para exponer una información delicada: el mayor reto de una autocrítica. El punto de partida es la frustración de un proceso de autoevaluación y celebración del décimo aniversario del proyecto editorial Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales. Aquel proceso se vio interrumpido no solamente por la irrupción del confinamiento domiciliario sino por la noticia de la salida de un compañero del consejo de redacción que dinamitó el frágil equilibrio de la organización interna del colectivo editorial. Lo que en principio decisión simple, aceptar su decisión y reconocer su pertenencia con un menor nivel de compromiso se descubrió unido a un episodio de violencia de género. Casi un año después, una compañera escribía en el 8M sobre su propia salida de este espacio y de cómo «no fuimos capaces de articular, al interior de esta revista, una complicidad feminista desde la que oponernos (sé que éramos más sintiendo lo mismo) a la imposición de una cultura de mierda. Esa que silencia la violencia porque cree que de ese modo la «mancha del honor» no se extiende». Más tarde mi propia salida. De tal modo, la lógica interna en la que se inscribía este autoanálisis y su orientación hacia el futuro del propio proyecto editorial se ve desplazada hacia una reflexión expandida sobre las formas de canalizar el malestar, los conflictos de roles, los daños, contradicciones o las dificultades de confrontar la inevitable espiral de dominación que nos atraviesa.