24/05/2024, 11.30-12.30
Tomando inspiración del concepto de «política de la apariencia» de Susan Bordo (1993), una de las feministas más relevantes en el estudio del disciplinamiento de los cuerpos, en esta breve exploración reflexiono sobre los espacios de opresión y resistencia asociados a lo que he venido a llamar «prácticas de intervención estética». Sin intención alguna de dar cierre a una temática tan persistente y controvertida dentro de los feminismos, con el término «prácticas de intervención estética» busco referirme de forma global a todas aquellas prácticas orientadas primordialmente a la modificación del aspecto físico con fines estéticos, como maquillarse, llevar faja, ir al gimnasio, someterse a modificaciones corporales, inyectarse testosterona, llevar sujetador, teñirse el pelo, ponerse implantes o hacer dieta, entre otras muchas.
El mantenimiento de una apariencia deseable se ha complejizado con el paso de las décadas: desde una operación a realizar mediante la indumentaria, hacia una consideración centrada en la construcción del propio cuerpo por medio de hábitos alimenticios y ejercicio físico, las tecnologías que operan en la construcción del cuerpo no han hecho más que transformarse y diversificarse. Los debates en torno a la cuestión de la moda y la intervención estética sobre el cuerpo han tendido a establecer una dicotomía entre lo natural y lo artificial, con la intención de señalar el trabajo oculto que sostiene la ficción de una femineidad inherente a las mujeres: no resulta extraño encontrar actualmente discursos que abogan por el fin del maquillaje, los sujetadores o las operaciones de cirugía estética en nombre del feminismo, aludiendo al carácter opresivo de estas intervenciones. Resulta insuficiente realizar una mera defensa de la autonomía corporal como respuesta a la crítica a algunas de estas intervenciones por dar lugar a una homogeneización de los cuerpos. Sin embargo, también resulta necesario reflexionar acerca de los espacios de disrupción que el artificio permite y complejizar el análisis desde una mirada que atienda a las posibilidades de la modificación corporal.
En esta exposición se pretende explorar algunos ejemplos en los que la ciencia ficción ha abordado de forma más o menos explícita la intervención sobre el cuerpo, con el fin de establecer un debate en torno a la posibilidad de reimaginar el artificio en una clave no negativa y repensar los siguientes interrogantes: ¿qué significa modificar la propia apariencia física? ¿Es siempre lo artificial sinónimo de consumismo, poder y asimilación? ¿Es posible conjugar artificio y resistencia?
