«Besos de amor por doquier. Emojis y el manejo cotidiano de nuestras emociones».

Sociología Ordinaria Siete:
Apropiaciones, expropiaciones, reapropiaciones y… vuelta a empezar
Sesión «Café con posters II»

22/05/2019, 11:45-12:30


Mariana Ramos Ríos es… [pendiente de actualización]

RESUMEN: En nuestros días, el uso de emojis se ha establecido como una práctica sociodigital ordinaria, un recurso de interacción emocional y afectiva y una herramienta esencial de comunicación. Esta propuesta surge de una experiencia de investigación sobre el uso de emojis entre un grupo de jóvenes de la Ciudad de México y busca insertarse en una discusión más amplia sobre la socioafectividad en el entorno digital y sobre la importancia de pensar en términos finos de microprocesos, mecanismos y dinámicas emocionales. Los jóvenes se han apropiado de los emojis dándoles un valor relacional y expresivo, así como un sentido lúdico y creativo en el ámbito de lo cotidiano, al grado de llegar a integrar al menos un emoji en cada frase que se escribe; como si fuera un impulso automático, un requerimiento sociodigital ineludible. El uso de emojis constituye así una importante práctica inter-plataforma y un lenguaje digital ubicuo. En cuanto a la dialéctica experiencia emocional -expresión emocional, sobresale que, mientras en la vivencia cara cara los jóvenes reportan una experiencia emocional más intensa pero una expresión moderada, en la vivencia a través de emojis se intensifica la expresión, al tiempo que disminuye la experimentación “real” de emociones. Se trata de una especie de “intensómetro” que opera en proporción inversa: la copresencia material contribuye a la experiencia emocional, mientras que la mediación tecnológica facilita la expresión emocional. Así, el emoji de beso de amor o el de risa hasta las lágrimas son un claro ejemplo de desborde expresivo. La investigación aquí referida concluye también que la selección y uso de emojis constituye un momento decisivo de autogestión y reflexividad emocional, mismo que se activa ante la ambigüedad emocional, las emociones simultáneas y la confusión con respecto a la propia experiencia. Decidir si enviar la carita con sonrisa sutil o la carita con sonrisa amplia pasa por un micro-proceso reflexivo del que no necesariamente somos conscientes, y en el que se explotan las posibilidades del manejo impresionista en línea, una práctica de control de la presentación mediada del Yo. Como performance digital de las emociones, los emojis forman parte de una negociación con nosotros mismos, sobre lo que estamos sintiendo, queremos y no queremos sentir o deberíamos de sentir. Y el resultado queda registrado en las pantallas de nuestros teléfonos móviles como una afirmación de nuestro Yo sintiente.

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