20/05/2023, 16.00-17.15
En nuestra comunicación planteamos cómo a través de las letras, imagen y puesta en escena una serie de grupos dentro del panorama nacional de la música popular se encuentran bajo la denominación genérica de subnopop: bases de música electrónica, alguna melodía, letras irónicas y cachondas con estribillos repetitivos, una estructura súper pop y muchísimo descaro; de la misma manera, la puesta en escena, absolutamente demencial, su actitud en las entrevistas y la propia estética que manejan son parte indisoluble de un encanto discutible pero arrebatador. De hecho, es un fenómeno musical al pairo de las plataformas virtuales y que esconde mucho trabajo, ironía y crítica. El subnopop, abanderado en este contexto por Ojete Calor, sin olvidarnos de los ganglios, las Bistecs, Putilatex o Ladilla rusa.
A través del análisis de canciones como Señoras bien de Las Bistecs, donde se realiza una crítica a ritmo de “electrodisgusting” del capitalismo o, mejor dicho, de un estereotipo de mujer rica, acomodada y “chochocentrista” como dice la canción. De la misma manera Mira una moderna de Putilatex, una crítica al postureo o la capitalización de las identidades y sus significados sociales. En definitiva, el planteamiento de Ojete Calor, como del subnopop en general no es otra que generar un momento crítico a través de la construcción de una serie de estereotipos basados en las incomodidades de los “otros”, como la de Travesti Cubano, que puede parecer una canción petarda, pero esconde los problemas que atraviesan las vidas de multitudes de personas trans. Concluyendo, el subnopop como una construcción de la una incomodidad en su exageración cómica y disruptiva. Claro que toda esa incomodidad está lejos de ser un elemento de transformación social, en la medida que el plegamiento al espectáculo, a la facilidad que proporciona las redes y la falta de un ejercicio sistemático de pensamiento hacen que no pasen de ser “incómodos”.