El lado «oscuro» del deseo

Celia Espada Guerrero, Amanda López Bernad y Celia Roncalés Villa (UCM)

Sesión: Café con posters

30/05/2025, 12.15-12.45


Resumen: Nuestra propuesta se enmarca dentro del ambiente sexual, concretamente en los espacios donde se practican relaciones sexuales entre dos o más personas. Nos gustaría traer el siguiente debate a colación: ¿desde donde pueden configurarse nuevos enfoques para entender el deseo sexual? ¿Es posible resistir a la cisheteronormatividad del deseo?

La sexualidad suele entenderse como un ámbito íntimo e individual, algo que se descubre desde dentro. Sin embargo, esta percepción oculta un proceso más amplio de construcción social del deseo. Nuestros gustos y prácticas sexuales están moldeados por discursos, normas y dispositivos de poder que han operado históricamente para definir qué es aceptable y qué no en el terreno del placer.

Desde esta perspectiva, queremos cuestionar la idea de una «libre elección» en la sexualidad. Las preferencias no emergen en el vacío, sino que se inscriben en un marco social que establece dicotomías entre lo aceptado y lo rechazado: delicado vs. guarro, romántico vs. sucio, normativo vs. desviado. Un claro ejemplo es la diferencia entre el «misionero», considerado tradicional y adecuado, y el BDSM, a menudo etiquetado como bizarro o transgresor. Estas cosmovisiones de lo sexual no son neutras, sino el resultado de un entramado histórico y productivo que regula el deseo sexual. No obstante, la apertura hacia “el lado oscuro del deseo” no implica en sí mismo ensalzar dichas dicotomías, sino romperlas en un proceso colectivo.Además, no podemos olvidar que las prácticas que se consideran aceptables se construyen desde un prisma masculino y reproductivo. Esto no solo prioriza un tipo de prácticas sino que en muchos casos legitima que se ejerzan prácticas de dominación hegemónicas. Sin embargo, allí donde hay poder, también existen resistencias. Es ahí donde queremos incidir con nuestra propuesta. Queremos explorar los márgenes donde se generan nuevas formas de vivir la sexualidad, desafiando las dicotomías impuestas. Estas prácticas no solo amplían los límites de lo posible, sino que también abren la puerta a una sexualidad más compartida, en la que hablar y reflexionar sobre el deseo sea una herramienta de aprendizaje colectivo. Nuestra ponencia propone un debate sobre la construcción social del deseo, el papel de los dispositivos de control en la sexualidad y las formas en que las personas resisten, reinterpretan y transforman su manera de experimentar el placer.

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