Recoser mundos: artivismo textil y prácticas culturales como ecosistemas de sostenibilidad social

Óscar M. Blanco Sierra, Miren Edurne Herrán, Renata Dračková (CSIC-UPV)

Sesión: Mirar, tejer y actuar para mejores pedagogías

29/05/2025, 10.15-11.30


Resumen: Esta propuesta parte de una inquietud compartida: ¿cómo confrontar el enorme poder global de la industria de la moda rápida, con sus impactos devastadores sobre cuerpos, territorios y ecosistemas? Desde esta pregunta nace RECOSER, una experiencia de artivismo textil desarrollada en entornos educativos, que se propone deshilvanar críticamente las lógicas de consumo acelerado, explotación laboral y extractivismo que sostienen ese sistema.

Más que un proyecto artístico, RECOSER ha convertido el aula de artes en un espacio de reflexividad social: un laboratorio situado de narrativas sostenibles, vínculos y saberes textiles, donde remendar, bordar y coser juntas se vuelve una forma de pensar con las manos y de ensayar otras formas de estar y hacer juntas. A través de estas prácticas manuales, se tensionan los límites entre lo pedagógico, lo artístico y lo político, abriendo espacios para imaginar y materializar formas de vida más sostenibles, sensibles y justas.

La dimensión artística y cultural de la sostenibilidad, tal como se plantea aquí, exige una mirada transdisciplinar, ya que en estos procesos convergen múltiples saberes y campos: la geopolítica textil, la moda como expresión de modernidad y como sistema cultural, el diseño como herramienta metodológica para la transición, y la sostenibilidad entendida como proceso comunitario antes que como destino técnico. Este enfoque permite conectar espacios microscópicos —el aula— con agentes macroscópicos —la industria textil global—, ensayando la posibilidad de rediseñar el sistema de la moda desde la escuela. Se plantea así el aula como espacio político y los espacios culturales como nichos de innovación sistémica.

Además, se propone reconocer a la infancia como ciudadanía plena, incluir la diversidad cultural como material activo de diseño, y apostar por una educación ambiental orientada a quienes habitamos el presente, no a las futuras generaciones. En este cruce de disciplinas y prácticas, el arte no es ilustración de un problema ni instrumento de sensibilización: es el propio terreno donde se experimentan otras formas de mundo.

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