13/05/2015, 10.45-12.15
La nostalgia es una más de las emociones que podemos llegar a sentir, y que identificamos como ese sufrimiento que nos sobreviene cuando pensamos en algo que hemos tenido, vivido o experimentado y que hemos perdido o ha cambiado.
Hay varios tipos de nostalgia: está el elogio de un tiempo pasado imposible de recuperar, como lo son esos sentimientos vividos en nuestro primer amor. También la obsesión del regreso que supone vivir sin desprendernos nunca del pasado o la idealización de algo que nunca fue como lo recordamos. En resumen, la nostalgia es esa emoción concreta que sin embargo sentimos por algo indefinible, una sensación de estar incompletos, insatisfechos pero sin saber exactamente qué es lo que nos falta.
Hoy en día, vivimos en un mundo nostálgico, quizás porque el presente no está resultando ser muy satisfactorio y el futuro tampoco pinta muy bien. Así que el pasado se presenta como ese tiempo misterioso, tan bueno que no podrá repetirse.
La rapidez del mundo contemporáneo y la sensación de que nuestra vida dura un suspiro que Facebook ordena en un timeline no nos permite otra opción: seamos nostálgicos.
Sin embargo, ser nostálgico no tiene porqué implicar ser tecnofóbico. Ahora puedes dejar de mirar tus viejos álbumes de fotos de cuando eras niños y subirlas a Instagram con el hashtag #TBT ( throughback Thursday) o incluso puedes reproducirlas en la actualidad uniéndote a la moda Then&Now. Tampoco es necesario rebuscar entre tus viejos vinilos, tus casettes o tus CD, basta con teclear en Google thenostalgiamachine.com para dejar que los grandes éxitos de aquel año maravilloso te golpeen.
Hoy en día, hasta Internet se ha sumado a la nueva nostalgia, y por eso propongo fórmulas para dejar que el pasado invada tu día a día sin necesidad de volver a casa de tus padres a rebuscar entre tus viejas pertenencias.