13/05/2015, 18.40-19.30
La Real Academia de la Lengua Española define “fútbol” como un “juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más característica es que no puede ser tocado con las manos ni con los brazos”. Pero el fútbol, en términos sociales, es mucho más que un simple juego. El fútbol es el deporte más popular en España y en gran parte del globo. Desde sus orígenes en Inglaterra, vinculados a la revolución industrial, ha experimentado una progresiva mercantilización y globalización hasta situarse como una potente industria en términos económicos; una industria que se sustenta sobre la pasión que este deporte genera en sus aficionados.
Así pues, el fútbol ha encontrado un hueco en el espacio público mediatizado y en la vida cotidiana de muchos, formando parte de las prácticas sociales más ordinarias desde la infancia hasta la vejez, afectando a diferentes parcelas de la realidad en tanto que deporte y también como espectáculo: se practica, se ve, se lee y se escucha. Resulta complicado estar ajeno a su mundo: el fútbol levanta pasiones y todos lo sabemos, sean compartidas o no. Para los aficionados, la pasión por su equipo es un elemento estructurador de sus vidas, así como un espacio para la interacción social y la configuración de subjetividades. No obstante, hay diferentes niveles de afición al fútbol, por lo que cuanto mayor sea la afición, en mayor manera generará influencia en su subjetividad. Asimismo, el fútbol tiene un enorme potencial para generar comunidades e identidades colectivas de hinchas que ponen en juego múltiples emociones compartidas. Así, podemos decir que los espectáculos de fútbol generan un espacio propicio para el desarrollo de las emociones y las afectividades por parte de los espectadores. Un espacio que socialmente ha sido legitimado para compartir y manifestar unas emociones que tras el pitido final del partido vuelven a replegarse.
En consecuencia, lo que pretende esta investigación es analizar el fútbol espectáculo en tanto que espacio de comunicación basado en las emociones desde la perspectiva de los aficionados del Atlético de Madrid. Es decir, partimos de la premisa de que la esfera de los espectáculos futbolísticos se constituyen pues, como un espacio de legitimación de emociones y afectividades genuino, en especial, para los hombres heterosexuales. En este sentido, en este proyecto se pretende estudiar el flujo y dinámicas de las emociones y sentimientos que se ponen en juego en torno a este deporte. Su objetivo es analizar qué papel juega el fútbol en la subjetividad y los procesos afectivos de los individuos. Se perseguirá poner especial atención al papel de la familia en estos procesos, ya que, se entiende la afición al fútbol como una práctica transmitida y compartida en familia y que, en muchos casos, constituye una vía de expresión y entendimiento fundamental para sus miembros.