Memoria colectiva y autogestión de la fiesta y la cultura en Palma

Isa Nadal Amengual (UCM-UIB)

Sesión: Barrios y calles

30/05/2025, 11.00-12.15


Resumen: En esta comunicación quisiera exponer algunas de las inquietudes y reflexiones en un diálogo entre el pasado y el presente, a partir de mi tesis doctoral en curso. En ella, trato de articular memoria colectiva, derecho a la ciudad y fiesta y cultura autogestionadas. La tesis nace del interés de analizar apuntes y notas recogidas para la realización de un documental audiovisual sobre la escena electrónica underground autogestionada en la isla de Mallorca entre los años 2000 y 2015, del cual soy co-autora, y que fue estrenado en noviembre de 2023. Sobre una de las funciones del documental, como ejercicio de memoria colectiva, las personas participantes señalaban la necesidad de dejar un legado sobre lo que se había hecho y que sirviera como relevo para las generaciones presentes y futuras. Así, el documental puede verse como un producto que ofrece un relato que deviene contranarrativa de los modos de vivir el territorio, frente a la homogeneización de las ciudades (Harvey, 2008). De alguna forma, recupera la memoria en torno a espacios alternativos que hoy han desaparecido en su mayoría, en la deriva de comercialización de la ciudad (Monreal, 2016). Pero lejos de establecer un “cualquier pasado fue mejor”, un mensaje que puede ser derrotista, pesimista y descorazonador, propone un “esto fue posible alguna vez”, con lo cual, podría servir de activación de propuestas, como herramienta de recuperación y reivindicación de espacios; de un derecho a la ciudad (Lefevbre, [1974] 2013) también en su vertiente lúdica, en una dimensión del ocio que no pasa por las lógicas de mercado. Y es que el espacio público puede ser leído como un lugar de encuentro y de fiesta y ésta, como el instrumento de reclamo de su uso (Pujol Cruells, 2006).

Es interesante explorar algunas iniciativas que trabajan en este sentido en la actualidad en la ciudad de Palma, como Cultura al Carrer, que nace en septiembre de 2024 para luchar contra los cambios que introduce una nueva ordenanza cívica (en vías de aprobación), que limita las posibilidades de las prácticas culturales y festivas en el espacio público. Como señala Delgado (2004), la fiesta transgrede los modos de vivir la ciudad, y recorrer las formas en que las personas se autoorganizan en torno a la creación de espacios propios y escenas alternativas puede arrojar luz y dar pistas sobre cómo ejercitar el derecho a la ciudad desde la cultura.

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