14/05/2015, 11.30-12.30
Podríamos definir la intimidad como algo compuesto a partes iguales por confianza, sexo y tiempo: la intimidad es una forma de cercanía afectiva que se sustenta en el contacto corporal y que se va fraguando poco a poco con el tiempo, según se afianza la complicidad y la confianza. Sin embargo, en comunidades masculinas donde desde hace décadas los encuentros sexuales tienen lugar entre desconocidos, algo que se ha acentuado en la modernidad líquida y con la aparición de las redes sociales, el elemento del tiempo parece ausente: son encuentros esporádicos y fugaces en los que la confianza y el afecto no parece tener más proyección que la que atañe al momento presente.
¿Debemos considerar a estos sujetos proscritos de la intimidad? ¿Hay intimidad posible para estas identidades sexuales basadas en la fugacidad de los afectos?
Israel Roncero intimidades fugaces #ordinaria3 super formato pic.twitter.com/SPODZwn9kp
— Amparo Lasén (@Amparo) Mayo 14, 2015