Tocar y/o ser tocad+. Políticas y poéticas de la tocabilidad

Sociología Ordinaria Nueve:
Contacto Con-tacto

Sesión: Polí(é)ticas del tocar

16/06/2021, 12:00-13:30

Fefa Vila (UCM)

Proyecto expositivo financiado por UMH_Cultura y que se inauguró en ELCHE a primeros de marzo de 2021 y se clausuró el 1 de junio de 2021

Resumen:

La democracia es el tacto de la masa.

Malabou (2010 15-36)

En muchos aspectos, el tacto es difícil de investigar y de representar. Todos los demás sentidos tienen un órgano clave que puede ser estudiado e incluso aislado para tal objetivo. Para el tacto, ese órgano es la PIEL, en su extensión profunda es la carne, y es el órgano más extenso que tenemos en nuestro cuerpo-queerpo. La piel es vital para el organismo, pero lo es especialmente para el organismo social y afectivo. Los pliegues tactilares sirven para detectar sensaciones de todo tipo, y las sensaciones o la ausencia de ellas son una de las funciones que determina nuestra experiencia. La conciencia las utiliza para establecer relaciones, orientaciones, interacciones en el espacio exterior, con l+s otr+s, y en el espacio interior, con nosotr+ mism+s. Parece que es imposible sobrevivir, cultural y biológicamente hablando, sin las funciones que desempeña la piel.  El CON-TACTO. Mientras que en la vista no podemos ver nuestros ojos y en el oído no podemos percibir nuestra facultad de oír, en el tacto tocamos nuestra propia capacidad de tocar y ser tocad+s, una acción reflexiva que conforma desde que nacemos nuestra subjetividad. El contacto con otro cuerpo es, por lo tanto, a la vez y en primer lugar contacto con nosotr+s mism+s ¿Qué pasa cuando de alguna manera se cortocircuitan estas funciones, bioculturales, de la piel? Esta es la pregunta inicial con la que se empezó a pensar esta exposición en un contexto, el marcado por la crisis de la COVID, donde la separación física y simbólica entre dos o más cuerpos ha alcanzado un punto álgido en nuestras biografías y en la historia de nuestra propia civilización. Una crisis sanitaria que deviene, entre otras, en una crisis del contacto, que además de determinar las condiciones de vida y muerte, ha delimitado, o problematizado, las geografías sociales y culturales de quién se expone o no al tacto. ¿Qué significa, entonces, tocar y ser tocad+?

El tacto, el último en la jerarquía de los sentidos, es, sin embargo, el primero de ellos, porque en él se genera algo parecido a un sujeto, en el sentido de relacional, de afectado, de vinculado. Una subjetividad que en la vista y en los otros sentidos está de alguna manera abstractamente presupuesto. Nosotros nos experimentamos a nosotros mismos por primera vez cuando, al tocar otro cuerpo, tocamos, sentimos a la vez nuestra propia carne. Si se aboliera o restringiese drásticamente el contacto, tal como han experimentado algunos sujetos a lo largo del tiempo debido a su identidad sexual, racial, de clase o expresión serológica, o por manifestaciones del  vih u otras enfermedades, prejuicios o estigmas, o en mayor o menor medida tod+s este último año; si se mantuviera todo y a tod+s a distancia, perderíamos entonces no sólo la experiencia de otros cuerpos, sino ante todo estaríamos perdiendo cualquier experiencia inmediata de nosotr+s mism+s, perderíamos pura y llanamente nuestra carne.

El conjunto de las obras que dialogan en esta exposición no pretenden representar el con-tacto o su ausencia, más bien juegan el papel de abrir un interrogante en torno al trauma personal y social que estamos transitando y sobre la forma en que son expuestos lo cuerpos, en su tocabilidad y en su distanciamiento. A través de la experiencia vivida y transmitida del subalterno; del marica, de la queer, de la bollera, del enfermo, del trans*, del negr+, del migrante, a través la imaginación que despliegan estas criaturas salvajes, nos queremos preguntar sobre la posibilidad de reinventar la figura humana en el espacio mismo de una comunidad quebrada, herida y atravesada históricamente por el dolor y la exclusión. ¿Qué nuevas figuras podríamos imaginar para restablecer una política poetizante del con tacto; los lugares para su encuentro, las estéticas de su movimiento, la semiótica de su presencia, la erótica en su revuelta?

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