29/05/2022, 11.45-12.30
RESUMEN: El grueso de la Primatología comparada ha estado conformado, en realidad, por investigaciones en torno a la cognición y el comportamiento humanos, en las que el simio no humano ha cumplido más bien el papel de «operador antropológico de identidad», siguiendo la terminología empleada por Vinciane Despret. En este sentido, su estudio permitiría conocer la filogénesis de nuestras propias capacidades y comportamientos, tanto por presencia como por omisión. Esta concepción ambivalente del simio lo ha convertido al mismo tiempo en origen y antítesis del ser humano, constituyéndolo en fósil y monstruo. Siguiendo esta lógica, buena parte de los estudios primatológicos se han centrado en analizar aquellas características que tradicionalmente se han considerado como específicamente humanas, de cara a determinar sus orígenes filogenéticos. Entre ellas encontraríamos: el comportamiento social y moral; la cultura, el uso y fabricación de herramientas; la adquisición del lenguaje o la autoconciencia, la llamada teoría de la mente y la inteligencia maquiavélica. Esto ha hecho de la Primatología un terreno particularmente fértil, postulándose como una suerte de ciencia alegórica y prometedora desde una óptica moderna, es decir, androcéntrica, racista y colonial.
En este trabajo presentaré una serie de ejemplos tomados de la cultura popular –desde la obra de Francis Bacon hasta los memes, pasando por la película Human Nature– que entroncan con esta concepción de los simios como alegorías del ser humano, al tiempo que la problematizan a través de su caricaturización.