Partiendo de la idea de que viajar es un hecho ordinario, entendemos que la movilidad (y por ende el desplazamiento) es una realidad rectora de nuestras vidas, de nuestra manera de vernos e, incluso de expresarnos. ¿Pero realmente nos movemos? Y si fuera así ¿a dónde vamos? Incluso, ¿qué hace del viaje cotidiano tan extra-ordinario? Seguramente ya no hay capacidad de experimentar ese viaje, gestionados como cuerpos-mercancías el sujeto cotidiano ya sólo puede consumir cotidianidad; y de ahí podemos empezar a pensarnos. Esta «mesa», en la medida de lo posible, también cuestiona cómo acercarse a la investigación de estos cuerpos viajeros. Aviones, taxis, autobuses y trenes, ya sólo, son un lugar. Acaso y para algunos privilegiados este lugar es un tiempo de ocio individual, y que sirve para dormitar, leer o mirar al homónimo, para el resto es sólo la reducción a una individualidad. En definitiva, viajar es una tecnología social que acaso ya sólo afecta a los individuos en cuanto ejercicios políticos, el resto es parte de la discusión.
José-Luis Anta Universidad de Jaén.
Almudena García Manso Universidad Rey Juan Carlos.
Carmen Gaona Pisonero Universidad Rey Juan Carlos.
Antonio Martín Cabello Universidad Rey Juan Carlos.
Eduardo Díaz Cano Universidad Rey Juan Carlos.