De cuando el afecto irrumpió en la coreografía (a través de la voz)

Sesión Coreografías (metodológicas) y más allá
14/05/2015, 16.00-17.30

GABRIEL VILLOTA es… [pendiente de actualización].

El arte coreográfico ha sido un modo de expresión caracterizado, en gran medida, por la represión y el disciplinamiento de la emoción individual: tanto en su variante clásica, bajo la forma del ballet tradicional, como en su variante moderna, desarrollada mediante las diversas expresiones de la danza de vanguardia durante la mayor parte del siglo XX. L=s bailarin=s han mostrado sus expresión impávida, frecuentemente sosteniendo tan sólo en sus rostros un amago de sonrisa congelada, mientras sus músculos y huesos se contorsionaban, estiraban y tensionaban más allá de los límites de lo humanamente soportable. Era importante que l=s espectador=s jamás llegáramos a advertir el esfuerzo realizado, y mucho menos cualquier expresión de dolor, sonidos, olores, sudores, jadeos… Desde el neoclasicismo de un George Balanchine hasta la vanguardia de Merce Cunningham, pasando por la revolución moderna de Isadora Duncan primero y Martha Graham después, los rostros siempre se escondieron detrás de las máscaras, y los cuerpos reprimieron cualquier manifestación física del trabajo realizado.
Sin embargo, todo esto se hizo trizas, como tantas otras cosas de nuestro universo simbólico heredado, durante las revoluciones de los valores y los estilos de vida en la década de los años sesenta. Será en concreto un puñado de jóvenes bailarin=s procedentes en su mayoría de la compañía o de las clases de Merce Cunningham, quienes se juntaran en la Judson Church de Nueva York y dejarán que las voces salgan de sus cuerpos al bailar.
Pero este no es el único ámbito del que surge, de modo inesperado, una voz de cuerpos hasta entonces mudos: la escena del arte contemporáneo, que ya en los sesenta se había visto reventada en cierto sentido por la implosión de todo el llamado arte no objetual y los nuevos comportamientos artísticos, verá, a partir de la entrada en escena del happening, la performance, el videoarte y otras nuevas formas de expresión, la aparición de registros expresivos cuya utilización apenas se había conocido con anterioridad, ni siquiera a lo largo de las vanguardias históricas: en particular la voz surge también de aquellos cuerpos que realizan y/o participan de happenings y performances, y llega en un primer momento para ofrecer un registro que escapa de la racionalidad, y por tanto busca muchas veces desarrollarse fuera de los límites codificados del lenguaje.
A partir de estos referentes, y entendiendo que como en tantas ocasiones el arte y la vanguardia son el laboratorio de la vida, se trataría por tanto de ver qué modelos de relación con los cuerpos, y entre las personas, surgen de esta súbita aparición de la voz en escena.
Enlaces: Accumulation with Talking plus Water Motor– Trisha Brown

 

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