Cantar llorando: para darle una pensada a los lugares de enunciación

Ana Martínez Pérez (URJC)

Sesión: Al viento: Cantares y contares

29/05/2025, 17.45-18.45


Resumen: Durante los días 21, 22 y 23 de marzo de 2025 la Coral de Lavapiés fue a cantar a la Horta Sud, una comarca de la provincia de Valencia, donde cinco meses antes había ocurrido una catástrofe ecológica y humana. Visitamos cuatro de los pueblos más afectados y fuimos cantando algunas canciones del repertorio que habían sido seleccionadas por su contenido. Una psicóloga que está trabajando como voluntaria desde el día siguiente de la DANA nos fue indicando los lugares a los que nos teníamos que dirigir según las necesidades detectadas por ella para personas que están viviendo una situación traumática. Nos pusimos en contacto con diferentes organizaciones y ayuntamientos para avisar de que esos dos días íbamos a estar cantando en esos lugares. Mercat de Catarroja, mientras la gente compraba y tomaba el vermú del sábado; el Ateneu de Picanya que aprovechó nuestro concierto para recaudar fondos para la reconstrucción de su sede muy cercana al barranco del Poyo; el Círculo recreativo de Benetússer, una asociación centenaria coordinada por mujeres; la residencia Parqueluz de Catarroja y el barrio de pescadores Les barraques de la misma población, en la plaza de la iglesia el domingo por la mañana. La analista social que soy observó, siendo valenciana y teniendo esos días un rol de cantante de una coral de gente llegada de muchos lugares, qué había ocurrido en ese contexto. De lo vivido en esos días salieron un poema y esta reflexión sobre un caso de violencia institucional contra una población que no merecía este abandono por parte del estado. Además de las ayudas estatales y autonómicas solicitadas, debería estar llegando una atención sanitaria centrada en derechos. Las personas que han vivido una situación traumática están recibiendo de forma desigual la visita de los servicios de salud mental que prescriben psicofármacos sin que haya un apoyo psicoterapéutico. Las necesidades de la población se están viendo subsanadas por parte de un voluntariado que desde el primer día está llegando a las poblaciones afectadas y acercándose a su población con la pregunta ¿qué necesitáis? Los primeros días hubo voluntarios y voluntarias durmiendo en la puerta de las casas que no se podían cerrar para que las personas que vivían solas durmieran con un mínimo de tranquilidad. La atención a la ciudadanía de un estado de derecho tiene que ser otra y este espacio se articula en torno a esa reflexión que quiere ser también denuncia pública.

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