[disponible tras el encuentro]
4/05/2016, 11.45-12.45
“Tengo ganas de llegar a casa”, “ojalá estuvieras aquí”, “¿cuándo nos vemos?”. Las tecnologías y las nuevas dinámicas de comunicación nos permiten expresar nuestros deseos a quien está lejos; mensajes que expresan ganas, interés, espera, ansia, falta, curiosidad, se transmiten constantemente en conversaciones táctiles a distancia.
Utilizamos la duración de nuestros viajes rutinarios en medios de transporte público como tiempo canalizador de nuestros deseos, medio por el que transmitirlos, organizarlos. Ese tiempo vacío nos sirve para pensar qué queremos hacer, dónde, con quién y cuándo, pero, casualmente, esas personas que participan en nuestros deseos no son ninguna de las que nos rodean en el tránsito a casa, al trabajo o de camino a una cita, ni es el metro el lugar en el que satisfacerlos.
Cinco conversaciones diferentes abiertas en el whatsapp: “¿qué haces luego?”, “ey, ¿salimos el fin de semana?”, “estoy llegando a casa”, “te echo de menos”, “estoy bien, ¿y tú?”, y todos esos deseos fuera del vagón, en otros lugares, en un tiempo futuro, buscando otras situaciones, con otras personas. Todos y todas deseando algo que solo pasa ahí afuera. Aquel espacio de tránsito no nos importa lo más mínimo, es monótono, aburrido, indeseable.
¿De verdad es tan imposible desear hacer algo, que algo pase, con las personas con las que nos ha tocado compartir el metro de las 16:48? ¿Por qué no se nos pasa siquiera por la cabeza? ¿Por qué es una locura?
Un nuevo mensaje en Tinder: “Hola, ¿qué haces?”, “Hola, pues de vuelta a casa. ¿Tú también vives en Vallecas? ¿Nos vemos?”, pero pasamos del chico guapo que está sentado enfrente, es inaccesible, no existe si no es a través de lo que posibilita el gps y los datos de mi teléfono.
Se comentará en la comunicación las experiencias vividas al preguntar a diferentes personas en el metro qué están deseando en ese momento, por qué nunca desean algo que está cerca, que quizá puedan alcanzar en ese momento, durante esos diez minutos de viaje, en lugar de pensar en lo que harán un rato más tarde o la semana próxima.
Se planteará una actividad entre las personas que participen en las jornadas, ¿qué se puede desear en el metro? ¿cómo satisfacerlo? ¿es posible transformar o llegar a sentir el espacio público e impersonalizado del vagón como un entorno íntimo y naturalizado? Jugaremos, crearemos situaciones, actuaremos, nos lo pasaremos bien.