Imaginar para r/existir: experiencias colectivas de activistas trabajadories del sexo

La imaginación mantiene un íntimo vínculo con la esperanza. De manera más lejana, está la esperanza en construir utopías deseables, pero también de manera más urgente, vemos la esperanza en hacer la vida vivible hoy. Esta urgencia es evidente en diversos movimientos sociales de personas trabajadoras del sexo (TS), para quienes la imaginación opera tanto como fuerza productiva (Lazzarato 2007; Preciado 2017), como de resistencia. En este contexto, constantemente se reinventan formas de organización colectiva, de reivindicaciones por el reconocimiento laboral, de acciones de afirmación social (Chateauvert 2014). Propongo, de este modo, explorar como opera el poder de la imaginación en el activismo de personas TS, concretamente en el panorama actual de precarización laboral y de vulnerabilización de derechos (Sánchez Perera 2024).

¿Qué pasa cuando un sindicato de TS, formalmente constituido y reconocido, ve sus estatutos declarados nulos en Audiencia Nacional? ¿Qué sucede cuando atravesamos un confinamiento y, al no tener reconocido un estatuto laboral, no hay ni ingresos, ni tampoco apoyos del Estado? ¿Qué ocurre cuando una asociación, por bloqueos legales, queda impedida de formarse oficialmente? Así emerge también la imaginación – desde la necesidad en encontrar formas de resistir y existir.

Partiendo de casos de estudio de experiencias concretas de colectivos de TS en la Península Ibérica, plantearé algunas reflexiones sobre cómo operan estas resistencias imaginativas. Para esta presentación me sostengo, sobre todo, en trabajo etnográfico, que llega de una investigación en curso más amplia, transdisciplinaria y multimetodológica (Creswell y Clark, 2011). El foco está en las peculiaridades de las experiencias de organización colectiva de TS que emergen en un contexto social, cultural y político complejo y divergido. Entre estas tensiones, brotan potencialidades transformadoras. No son necesariamente lineales, ni necesariamente predecibles, ni necesariamente extravagantes. Las formas de acción política son diversas, múltiples, cambiantes, y, en todo caso, mantienen las redes, los vínculos y los cuidados en su base. El caos imaginativo, aquí, opera de forma colectiva. El cotidiano, el ordinario, el fracaso, las ansiedades, los deseos, la esperanza son vividos de manera compartida – se materializa la zorroridad, se imaginan otros modos de vida.

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