20/05/2023, 17.30-18.30
(Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid)
Investigar la salud mental de lxs universitarixs, puede ser emocionalmente agotador y desafiante. No solo por las implicaciones epistemológicas, metodológicas y éticas, sino también porque en un proyecto como DESIGUANSIDEP, cabe preguntarse ¿dónde queda mi salud mental cuando estudiamos la salud mental?
Al enfrentarnos a este dilema como investigadoras principales (IPs), puede generarse una dinámica poco-amigable con nosotras mismas, priorizando el bienestar de las protagonistas del estudio y otros stakeholders. Ser IPs, lejos de ser un “privilegio” académico, puede ser una “responsabilidad que roza la molestia”; situación que conduce a lograr la comodidad silenciando la incomodidad.
Entonces nos reprochamos “quién soy para hablar de salud mental cuando no tengo ni p*ta idea de cuidar mi propia salud mental”. Son las 4 de la mañana, sigo despierta a base de medio litro de café en vena y una torre apilada de bebidas energéticas a mi lado, en el silencio de las cuatro paredes que me rodean resuenan en mi cuerpo las más de 12 horas seguidas de trabajo. Debería limpiar, comer algo, y acabar otras cinco tareas pendientes de una lista infinita. Dos entregas, un examen parcial, 25 documentos que firmar y una bandeja de entrada a punto de colapsar.
Dejando de tener claras nuestras necesidades tratamos de hacer malabares para mantener(nos) en equilibrio aunque los autocuidados se vayan resquebrajando a contra reloj. Estas grietas revelan las vulnerabilidades (¿estructurales?) que genera la propia autoexigencia y el síndrome de la impostora. Dejamos de “ser” para ponernos en el modo “hacer” sometiéndonos a los ritmos de la producción de conocimiento. Aquí cabe plantearse qué representa la figura de una IP en este sistema y cómo es esa transición hacia un rol tan sobrecargado de connotaciones previas. Meterse en este papel por primera vez es como tratar de meterse en un traje fabricado en talla única, y sin instrucciones a seguir.
A medida que vas acercándote a las distintas comprensiones sobre la salud mental, reconoces que superar las inseguridades también es un proceso no-lineal, de aprendizaje compartido en el que se van estableciendo redes interpersonales e intrapersonales donde prima el compromiso y la honestidad hacia nosotras mismas. En esta curva de aprendizaje, una de las cosas más importantes que hemos podido llegar a aprender es a abrazar(nos) en un sistema que te enseña a base de hostias.